El hombre y los animales todavía viven en mimetismo con la naturaleza; las vacas y las ovejas pastan apacibles, los cerdos se sienten los reyes de ese mundo mágico. Pero, a veces, la codicia, la avidez y el egoísmo del ser humano, lo lleva hacia un horizonte sin límites, y entonces comienza todo a derrumbarse, y es así como llega la furia del viento unido al rojo del fuego incandescente.
BUSCANDO LA ETERNIDAD CUADRO III
Pintura en Relieve